Una vez el alma abandona el cuerpo, la conciencia se expande y se crea una gran sensación de paz y liberación. El alma nunca va sola, nadie muere solo, y suele ir acompañada de familiares que la han precedido. Los guías espirituales también están presentes para tranquilizarles y acompañarles en su viaje.
Se les puede guiar hacia un lugar de recuperación, especialmente si han experimentado una muerte inmediata, una enfermedad larga y debilitante o una vida difícil. Los que abandonan sus cuerpos están abiertos a nuestros pensamientos y sentimientos de gratitud por sus vidas.
Siempre podemos ayudarles con palabras y pensamientos tranquilizadores para evitar la preocupación y el apego a este nivel. Las almas se despiden de sus familias en cuanto se sienten cómodas y reconocidas. Suelen aparecer en el cuerpo energético a través de los sueños.
Es importante honrar al difunto y su viaje, así que lo mejor que podemos hacer es no darles "trabajo", sino proteger a los demás y dejarles ser libres, en lugar de pedirles que se queden a nuestro lado.
Esto también forma parte de la magia de la vida. Todavía tiene que superar muchas cosas antes de llegar a "casa".
Liberar al difunto del mundo y no querer estar atado al pasado, no significa que ya no le queramos, sino que podemos dejarle marchar, aunque le echemos de menos porque le queremos.
El duelo nos hace comprender muchas cosas sobre nosotros mismos, sobre el amor, sobre la vida, sobre el mundo. Nos hace pensar y reflexionar sobre la muerte, de la que rara vez se habla en la sociedad, y sobre el sentido de la vida.
Cuando el alma trasciende la famosa "luz", comienza su verdadero viaje. En primer lugar, recupera su "memoria" y vuelve a ser una "Esencia Consciente". Recuerda todo su pasado, lo que le permite echar la vista atrás. Se pesa, lo que es famoso entre los egipcios. Se trata de un proceso muy complejo, en el que el alma toma conciencia del "peso" de sus acciones, positivas y negativas, y del grado de avance de sus objetivos, de la huella que deja aquí.
Una vez más, la energía del corazón es de vital importancia. La muerte es quizá la herramienta más poderosa para comprender lo que es el verdadero amor, en todos sus aspectos. La muerte es una gran maestra de vida. Podemos celebrar el tiempo que compartimos con el difunto, este don inestimable, por la belleza que podemos vivir. A menudo el tiempo se da por sentado, pero cada momento es un regalo. Y cada momento de tu vida futura será aún más importante. Lo que sus seres queridos le recuerdan al iniciar su viaje es que sólo estamos aquí durante un cierto tiempo, y que cada momento es una oportunidad.
Cuando las personas abandonan su base normal, lo más importante que necesitan es sentir que están bien. Cuando alguien deja su cuerpo físico, el mayor regalo que podemos hacer es nuestra propia "energía de paz y amor".
Se les puede guiar hacia un lugar de recuperación, especialmente si han experimentado una muerte inmediata, una enfermedad larga y debilitante o una vida difícil. Los que abandonan sus cuerpos están abiertos a nuestros pensamientos y sentimientos de gratitud por sus vidas.
Siempre podemos ayudarles con palabras y pensamientos tranquilizadores para evitar la preocupación y el apego a este nivel. Las almas se despiden de sus familias en cuanto se sienten cómodas y reconocidas. Suelen aparecer en el cuerpo energético a través de los sueños.
Es importante honrar al difunto y su viaje, así que lo mejor que podemos hacer es no darles "trabajo", sino proteger a los demás y dejarles ser libres, en lugar de pedirles que se queden a nuestro lado.
Esto también forma parte de la magia de la vida. Todavía tiene que superar muchas cosas antes de llegar a "casa".
Liberar al difunto del mundo y no querer estar atado al pasado, no significa que ya no le queramos, sino que podemos dejarle marchar, aunque le echemos de menos porque le queremos.
El duelo nos hace comprender muchas cosas sobre nosotros mismos, sobre el amor, sobre la vida, sobre el mundo. Nos hace pensar y reflexionar sobre la muerte, de la que rara vez se habla en la sociedad, y sobre el sentido de la vida.
Cuando el alma trasciende la famosa "luz", comienza su verdadero viaje. En primer lugar, recupera su "memoria" y vuelve a ser una "Esencia Consciente". Recuerda todo su pasado, lo que le permite echar la vista atrás. Se pesa, lo que es famoso entre los egipcios. Se trata de un proceso muy complejo, en el que el alma toma conciencia del "peso" de sus acciones, positivas y negativas, y del grado de avance de sus objetivos, de la huella que deja aquí.
Una vez más, la energía del corazón es de vital importancia. La muerte es quizá la herramienta más poderosa para comprender lo que es el verdadero amor, en todos sus aspectos. La muerte es una gran maestra de vida. Podemos celebrar el tiempo que compartimos con el difunto, este don inestimable, por la belleza que podemos vivir. A menudo el tiempo se da por sentado, pero cada momento es un regalo. Y cada momento de tu vida futura será aún más importante. Lo que sus seres queridos le recuerdan al iniciar su viaje es que sólo estamos aquí durante un cierto tiempo, y que cada momento es una oportunidad.
Cuando las personas abandonan su base normal, lo más importante que necesitan es sentir que están bien. Cuando alguien deja su cuerpo físico, el mayor regalo que podemos hacer es nuestra propia "energía de paz y amor".
En honor de todas las almas en tránsito y transición. Cariños y respeto a todos los que se despiden de sus seres queridos.
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