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Dios en ti confío, en ti coloco mi presente y mi destino. En ti Dios entrego mi vida y mi espirito para que sea aliviado de tantas malas energías que estamos viviendo hoy en Venezuela, un país que sufre cada día por hambre, dinero, enfermedad y todo tipo de penurias. Líbrate de la negatividad, de caer en la tentación de los demonios que gobiernan Venezuela y siempre confiar en ti, pensar en forma positiva y sin rencor.
Las maldiciones alimentan a la bestia y la desesperanza. Levántate y bendíceme cada día, cada hora y cada segundo que pase aquí en Venezuela, protégete del mal y la oscuridad que quieren acostumbrarnos los demonios del comunismo.
Amén.
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